jueves, 29 de octubre de 2009

De médicos y abogados.

-¿Le ha explicado su médico lo que le voy a hacer?
Sus ochenta y un años tendidos eran tan largos que sacaba los pies de la camilla.
-Pues sí, algo me ha dicho.
Le detallé el procedimiento y comprobando que lo había comprendido le di a firmar un documento en el que reconocía haber recibido las explicaciones. Tan sólo quedaba prepararlo todo.
-He usado mi firma falsa, dijo.
Sonreí y el ambiente se relajó un poco.
Mientras me ponía los guantes oí que carraspeaba.
-Oiga doctor, ¿le puedo hacer una pregunta?.
-Claro, usted dirá.
-Ya que estoy aquí me podría mirar este grano de la oreja y darme un tajito con el bisturí para sacármelo.
-Pues no. Yo sólo le voy a poner un tubo en el hígado. Lo que tiene usted en la oreja se lo tiene que ver su médico.
-Pero ¿no es usted médico?
-Sí, pero soy radiólogo y me dedico a hacer otras cosas. Cada médico tiene una especialidad y sabe de ella. Usted ¿en qué ha trabajado?, le pregunté.
-Yo no he trabajado en mi vida, contestó. Bueno soy abogado, dijo con sorna.
-Vaya, cuando termine le contaré un chiste de abogados, aunque supongo que se los sabrá todos.
El tubo entró en su sitio y empezó a drenar lo que debía.
-Ya he terminado, ahora procure no trastear este tubito para evitar que se salga de su sitio.
-No se preocupe doctor, seré bueno. Palabra de abogado. Ya sé que no es de fiar pero a mi me ha servido. No se vaya sin contarme el chiste.

Un médico americano muy mayor, con una enfermedad incurable y en el último de mes de su vida, llama a su abogado y le dice.
-Oye, ¿cuanto me costaría sacar la licencia de abogado?
-Pues no sé, tendré que consultarlo. Pero ¿para qué quieres una licencia de abogado?
-Tu sólo tienes que conseguírmela, cueste lo que cueste y rápido, no me queda mucho tiempo.
Al cabo de unos días el abogado vuelve a ver a su cliente.
-Mira John te va a costar mucho dinero.
-No importa, quiero la licencia de abogado.
-Pues prepara un millón de dolares y en una semana la tendrás.
John le extiende un cheque y se lo da.
El abogado aparece en unos días con la licencia bajo el brazo y se la tiende al enfermo.
Desde la cama John alarga el brazo y toma la licencia, la lee y sonríe satisfecho.
-¿Ahora me dirás para qué querías la licencia?, le pregunta el abogado.
-Verás, ahora soy abogado.
-Sí, tienes la licencia de abogado, le contesta el picapleitos.
-Y, ¿sabes que pasará cuando muera?.
-No, contestó.
-Habrá un abogado menos, dijo sonriendo.

Se ha reído con ganas. Este no se lo sabía.

6 comentarios:

Nandín dijo...

En cuestiones balompédicas ya nos ocurrió un precedente en Gijón, al querer un esportinguista de toda la vida darse de baja del sporting y apuntarse como nuevo socio del Oviedo en su lecho de muerte "Para que se muriera uno de los otros" y no uno del sporting, ya ve usted buen amigo...
Y es que, con tal de "chinchar", hay gente capad de morirse con el dedo metido hasta el fondo, en el ojo del enemigo.
Un abrazo

jmdedosrius dijo...

Es que somos complejos de narices por no decir de pestículos.
Al abogado lo he visto hoy y sobrevivirá.
Perdone lo telegráfico del comentario, pero estoy como una liana en la selva de Tarzán.
Don Fernando, un abrazo.

Unknown dijo...

¡Que crueldad de chiste!.
Creo que lo voy a pasar a mis amigos abogados (supongo que son amigos debido a no llevarme ningún asunto judicial!.
Conste que alguno de ellos no es picapleitos y tiene incluso conciencia.
Un saludete.

jmdedosrius dijo...

Ni todos son picapleitos, ni todos somos matasanos, aunque a algunos ganas no nos falten, sobre todo con algún estrenador de trajes por el morro.
Espero que todo le vaya bien.
Salud.

Cbenavent dijo...

Sé de la fama que nos precede cosas peores he oído, y al menos con esta me he divertido mucho. Y sí, aunque parezca increíble, los abogados también tenemos amigos y una madre que nos adora, por qué será? jajajaja

jmdedosrius dijo...

Doña Carmen, ¿que alegría!
Le deseo un feliz año.
En cuanto al tema soy de los que piensan que todos los abogados son siempre inocentes salvo cuando se empeñan en disimularlo, como todos, vamos...
Salud, un placer verla de nuevo por aquí.